Este fin de semana nos reunimos en el árbol que hace un año plantamos con FEDER Aragón. El Ginkgo biloba es un árbol con una historia peculiar y por lo que cuenta lo tomamos como símbolo.
«Un año después del estallido de la bomba de Hiroshima, en la primavera de 1946, a cerca de un kilómetro de distancia del epicentro de la explosión, un viejo Ginkgo destruido y seco empezó a brotar, mientras que un templo construido frente al mismo fue destruido por completo. Para Hiroshima se transformó en símbolo del renacimiento y objeto de veneración, por lo que se le llama «portador de esperanza».»